Salta, arriesga, vive, entre otros consejos que escuchas en charlas motivacionales o en algún spot de marcas atrevidas. Claro esta, esto dista mucho de la realidad en la que vivimos, tan llena de miedos y “caminos correctos” promovidos por la misma sociedad que se ve colapsada. Escuchas “salta”, pero nadie quiere arriesgar. Muchos esperan ver como algún valiente pone sus sueños en riesgo solo para verlo caer, reafirmando así su posición cobarde; o lo que es aún peor, verles triunfar con envidia adjudicando su éxito a la suerte más no a su valentía ni constancia.
Personas a tu alrededor que predican que quieren siempre lo mejor para ti, pero en contraste te animan a recorrer caminos que, para ti, no son más que una rueda de hámster asfixiante, alegando los beneficios de una vida de bien y de provecho. Pasan los años y, si abres bien los ojos, puedes darte cuenta que la suerte depende de tus decisiones y que estas no pueden ser tomadas por otras personas. Debes ser tú el único responsable de elegir, ya que sufrirás las consecuencias.
Todo en la vida tiene un riesgo. Naces en un mundo lleno de peligros, al ser un bebe aprendes a caminar corriendo el riesgo de caer. A veces, aquella promesa de una “vida segura” nos retiene en el mismo sitio sin dejarnos avanzar, capando nuestra posibilidad de hacer cosas extraordinarias. Ninguna gran historia ha empezado sin asumir algún riesgo. Citando a Séneca “no es por que las cosas sean difíciles que no nos atrevemos a aventurarnos. Es porque no nos atrevemos a aventurarnos que son difíciles».
Mira dentro de ti, fórmate, conócete, identifica tus fortalezas, sácales provecho, y haz fuertes tus debilidades. Con estas palabras quiero animarte a que saltes, que asumas algún riesgo y empieces tu historia épica. Solo se vive una vez y nuestro deber no es otro que encontrar la felicidad, tú felicidad. Marca metas, estas, junto a el trabajo duro y la constancia, te llevarán por el camino de cumplir tus sueños. El propósito no debe ser encajar en ningún molde, sino encontrar nuestro potencial y dar al mundo nuestro cien por cien autentico. Conócete, cuídate, quiérete, encuentra ese equilibrio entre el miedo a actuar y el bienestar al lograrlo, deja atrás el miedo al cambio.
Con este post no pretendo recurrir a los clichés de la automotivación, sino de alguna manera contribuir a dejar atrás el miedo al cambio qué todos hemos experimentado. Considero mi deber poner en práctica estos mismo consejos, arriesgando, saliendo de mi zona de confort, compartiendo aquí, ante el que quiera leer, que empiezo nuevamente a arriesgar. Este blog es otra historia de cómo se persiguen los sueños, sueños de viajar, de emprender así como la búsqueda activa del propio bienestar. Aquí se exponen con orgullo decisiones tomadas con valentía, sabiendo que no hay camino fácil, pero este, se recorrerá sin reproches por no haberlo intentado.
Con este post nos ponemos en marcha con el blog de Pareja Nómada donde animamos a todo el que quiera dejar el miedo atrás a dar un salto su próxima aventura.
